El ser querido o, en este caso, lo que fue tu vida

Es sumamente complejo comprender el alcance que tiene la perdida de un ser querido. De cierta forma, se expresa de forma literal como el final de la vida de la persona que tuvo un papel protagónico y esencial en la vida de otra. Si bien entendemos que un ser humano puede establecer un compromiso de vida con ese ser y que sus destinos fueron arreglados como un propósito, ya sea divino o universal, la falta de esa persona en la vida del afectado trae connotaciones de dolor y sufrimiento indescriptibles.

Cuando ese ser especial deja este mundo, algunos no comprendían lo que tenían hasta que lo perdieron, como el dicho lo profesa. Otros se dan la tarea de poder soportar el golpe y proseguir con la vida y los restos dejados. El resto se dan cuenta que la vida se detuvo y que tomará algo de tiempo en poder seguir adelante, retomando lo que una vez fueron pero no con el mismo ímpetu o alegría que la vida antes brindaba.

Yo me encuentro en una minoría especial, aquella que con recelo y discreción esconde y protege su identidad, la cual comprende que la vida ya no es, no puede continuar y solo espera que los días pasen, así como cuando se espera el tren a cierta hora, siguiendo con ese ritmo usual y mecánico. Yo me encuentro en la profundidad mas oscura, en el cielo mas negro y siguiendo la cadencia de un ritmo roto; actúo como un autómata y solo sigo instrucciones básicas, modos y formas, sonriendo o expresando corporalmente mis sentimientos como una pantomima mal practicada.

Si bien sugeriste en algún momento fugaz que debía continuar en esta vida y hacer que tu legado continúe felizmente en la forma de nuestros hijos, no encuentro la fortaleza de poder mantener la marcha, y busco con constancia cómo poder aplicar el credo de "vivir un día a la vez". Mis lagrimas ya han llenado cualquier océano y mi corazón convertido en polvo pierde su forma con el viento que lo dispersa. Me siento tan pequeño y poco elemental, pongo en duda el propósito de mi existencia ya que nací cuando te conocí y se me había olvidado lo que la vida era. Amar después de amar es lo que ahora me llena, tu presencia no está pero no significa que te ame menos, sigo perdidamente enamorado de todo lo que tú fuiste y llegaste a ser.

Si hay alguien más que sienta lo mismo que siento, que se pronuncie para que no me sienta tan aislado y que sea parte de una estadística, lo cual entiendo que lo soy desde que partiste. La luz se apaga, el camino pierde dirección, el peso de la luna me abruma. Te busco todos los días y cuando Dios decida llevarme, estoy seguro que me dirigirá hacia ti; si pasa lo opuesto, te buscaré toda una vida porque mi propósito de existir eres tu.

 

Comentarios